16.11.12

Después de cada calada, un beso; ese era el trato.

Llena de maquillaje por fuera y vacía de sentimientos por dentro, así estoy. Con rímel para resaltar aún más el color miel de mis ojos y carmín rojo en los labios. Con la misma intensidad y cantidad de pintalabios rojo con el que salía, entraba en casa. No había la típica rana que besabas y se convertía en príncipe, así que eso hacia que se mantubiese intacto. A estas horas de la noche y yo aún vagando por las calles en busca de nada. Con la mirada perdida. Y todo por que no quiero regresar a casa por culpa de esas cuatro paredes. Esas que me oprimen, me entristecen y me van matando por dentro. Esas que hacen de mi cárcel.
La máscara de chica dura, sin corazón y pasando de todo, es la que llevo yo. Debilidades bien pocas. Mejor dicho, debilidades: una. Él. El típico chico pasota e incomprendido por el mundo. Mas o menos como yo, me atrevería a decir. El problema de todo esto: que por empezar, no sé ni su nombre. Y aún peor: él no sabe el mío. Seguro que 'Sara' dicho des de sus labios suena mucho mejor y si estos mismos, estan a centímetros de los míos, a punto de besarnos... Para ya de soñar, que la realidad siempre decepciona.
Es él, a un par de metros de mi, ÉL. Le miro con timidez. Nunca sonríe, ya somos dos. Sus ojos verdes te hipnotizan y hace que yo, lo mire descaradamente hasta que él se da cuenta. Si es que soy estúpida. Nuestros ojos se encuentran, nuestras pupílas se empequeñecen. Y rápidamente y diría que casi a la vez; apartamos la mirada. Se levanta y se sienta a mi lado. Ay, por favor, me va a dar un infarto de lo muy fuerte que me late el corazón. Que nervios. Me mira y yo, mientras, miro al suelo. Saca su caja de Marlboro y ahí empieza todo.
+ ¿Quieres uno?
- Vale.
Lo mejor de todo, es que yo nunca he fumado. Que no lo había provado nunca. Me lo poso en los labios y dejo que con su mechero azul turquesa me lo encienda. Mi primera calada y empiezo a toser como nunca.
+ ¿Por qué me has dicho que querías uno, si nunca has fumado? - dice sorprendido y a la vez con una sonrisa.
Algo me recorre mi estómago, ¿serán esas mariposas que creía muertas? Lo más probable. Es ahora o nunca. Tengo que decirle lo que siento.
- Verás... Yo... Bah, nada. - dije con lágrimas en los ojos y las mejillas enrojecidas.
+ Espera, ssssh. - dijo mirándome a los ojos.
- ¿Qué? - y acontinuación aparto la mirada y la fijo, por segunda o tercera vez, en el suelo.
+ Que somos dos tontos intentando ocultar nuestros sentimientos, ¿me equivoco? - mientras en su cara se dibuja una tímida sonrisa.
-No, no te equivocas, para nada. Pero, es que, yo... - dije observando su perfecta sonrisa.
+Calla, no hacen falta palabras.
Y entonces Guille se acercó a mi. Lentamente, disfrutando del momento, ese que los dos llevábamos esperando des de hace bastante tiempo. Y me besó. Nuestros labios se fundieron en uno. Es la primera vez que siento eso llamado amor.
Y fué ahí cuando me fumé mi primer piti. Pero lo mejor fué la compañía. Después de cada calada, un beso; ese era el trato.
....................
De finales felices, no se mucho, la verdad.
Lo que hacen las casualidades, todo por un paquete de Marlboro y unos cuantos sentimientos escondidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Regálame alguna de tus palabras. Merci.

Qué más da...

Nunca estamos listos para lo que la vida nos trae. Llevo unos días, no sé muy bien porqué, llorando como una niña pequeña… Siento que todo ...